A
continuación me refiero a la lectura, el cerebro adicto. ¿Cómo ves?, N°. 177, (Pp. 10-14).
México: UNAM. Recuperado el 13/04/15, de: http://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/177/el-cerebro-adicto.
El
texto académico en comento es una lectura con información confiable esto se
aprecia con la página donde está publicada que es en la “Revista de Divulgación
de la Ciencia de la UNAM”. Asimismo, tiene comentarios de investigadores como: la
doctora María Elena Medina Mora Icaza, directora del Instituto Nacional de
Psiquiatría "Ramón de la Fuente Muñiz" (INPRF), narra lo que propició
este cambio de visión. La investigadora mexicana-estadounidense Nora Volkow,
quien estudió medicina en la UNAM y es hoy directora del Instituto Nacional
sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos (NIDA, por sus siglas en inglés).
Al
respecto esta lectura es sobre la inferencia de las funciones y química del
cerebro con el que una persona se vuelva adicta a ciertas sustancias. Empieza
describiendo que anteriormente en 1930 se pensaba que los adictos eran personas
sin moral y sin fuerza de voluntad. Actualmente se sabe que es una cuestión de
dependencia de sustancias, debido al cambio químico que genera esta situación en
el cerebro.
Sustancias
como la nicotina, el alcohol, inhalables y cocaína, producen efectos
estimulantes pero a la larga dañan el cerebro, riñones, corazón o pulmones.
Se
aclara que no tiene relación genética el que una persona sea propensa a ser
adicta, depende del ambiente y factores como: Conducta agresiva temprana, Habilidades
sociales deficientes, Ausencia de supervisión paterna, Compañeros/amigos que
abusan de sustancias, Disponibilidad de la droga, Pobreza. En contraste se
encuentran los factores de protección contra estas adicciones: Autocontrol, Relaciones
positivas, Supervisión y apoyo paterno, Información, Políticas contra el uso de
drogas y Cohesión comunitaria.
Se comunica que la heroína es una
sustancia más adictiva ya que genera cambios casi inmediatos en el cerebro
desde el primer consumo.
La raíz de la adicción es que estás
sustancias afecta la producción de a dopamina o sea a generarse de una manera
artificial, el cerebro se acostumbra a “sentir todo intensamente”, por lo que
el enfermo no disfruta de las cosas simples y bellas de la vida, por lo
anterior, se deprime y se aburre. Las conductas que se generan es que la
persona consume cada vez más, llegando a gastar más de lo que tiene para
consumir esas sustancias, hasta llegar a robar para conseguir más.
El descubrimiento, realizado por investigadores del Scripps Research Institute de
California, sugiere que mismo mecanismo cerebral de la adicción a las drogas, aparecen
en la comen en exceso y desarrollan obesidad. El exceso puede provocar una
descompensación en el circuito de recompensa; en los comedores compulsivos, los
impulsa a buscar alimentos ricos en grasas. Esta similitud hace pensar que
muchas de las compulsiones, o conductas adictivas humanas (por ejemplo,
adicción al sexo y a los juegos de azar) podrían tener relación con
desequilibrios de dopamina o de otros neurotransmisores. Así, aunque en
principio estas conductas no sean adictivas, pueden llevar a la adicción por lo
antes descrito.
Por último este texto académico sugiere
que la prevención es el mejor enfoque para no llegar a requerir tratamiento
"Todo lo que promueve un ambiente saludable por fuerza va a reducir el
riesgo absoluto de abuso de sustancias" (Baler).
Este texto me pareció interesante por
las declaraciones recientes del presidente en la ONU sobre su nueva “apertura a
la legalización de la mariguana con fines medicinales”. Esto va enfocado a mi carrera esta apertura ¿en serio beneficia
a la sociedad o la perjudicaría más? El daño al que me refiero es sobre que
esta aceptación abre la puerta a que se legalicen sustancias con fines recreativos
y por lo descrito empujar a nuestra juventud literalmente a que se “tire al
vicio”.
Otro punto importante es que se
describe que el comer en exceso produce un efecto similar al consumo de drogas,
querer tener esa dopamina, sentir más o no sentir, ligado a las frases “como de
nervios” o “tomo para olvidar”. Sin ser científica mi punto de vista es que
todos somos propensos a caer en “vicios”, por lo que si creamos un entorno
saludable, hacemos ejercicio, nos queremos y cuidamos, buscamos tener
relaciones sanas y nos quitamos de esas relaciones peligrosas, será difícil que
elijamos drogas en lugar de familia, amigos y una vida saludable.
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